Wednesday, May 6, 2009

Facturas y otro papeles...

Para los 50

Echar al cesto

la crema rejuvenecedora, la peluca de fiesta, decirle a ella

te he querido, y finalmente,

tirar la muela postiza.


El bolero de Ledesma...

Bolero con acompañamiento de maquinilla

Somos los oficinistas,

siempre con deseos de ir al mingitorio

como si esperáramos hallar en el blanco recipiente la absolución

a tengo ganas pero...

como si la vida no fuera más que

acariciar teclados y dolencias

y cuerpos que son y no,

sin más alternativa que la de no tener alternativa. Somos los oficinistas

dos monedas chocan

con música que rueda hasta el corazón,

ponerse cursi,

inventar un bolero, compadecernos

y hablar de carta en carta

de aquel burdel maríatojunto,

lesbiana

y unos chulos con tatuajes y cicatrices,

botellas vacías y mañana es domingo pero no;

de modo que hay que inventarle una motivación

a estas salidas,

a estos labios y manos inútiles.

Afuera alguien ríe,

el transeúnte pasa ante los edificios,


una mujer se desnuda detrás de una ventana: actos que podrían tomarse como trascendentes, con mucho miedo entre cuadrante y cuadrante -casi el dibujo de una escena de horror-

tal esas peliculillas de vampiros dominicales, metemiedo.

Somos los oficinistas,

uñas limpias,

fines de semana en hotelitos

junto a una playa con peces muertos.